Copa Sudamericana Independiente recuperó la mística internacional El "Rojo" volvió a celebrar un título luego de siete años: se hizo fuerte en el Maracaná e igualó 1-1 ante Flamengo, haciendo valer el triunfo en el duelo de ida. Una vuelta olímpica basada en un estilo emparentado con su historia y mucho carácter.
Independiente y una cita con la historia: visita al Flamengo en el mítico Estadio Maracaná para dirimir al campeón de la Copa Sudamericana tras imponerse por 2-1 en el duelo de ida que se desarrolló en el Libertadores de América de Avellaneda.
Dos caras ofreció Independiente en la primera etapa. Cuando logró hacer pie en la mitad de cancha y poner a sus descarados gambeteadores de frente a los hombres más pesados del "Fla", contuvo el apetito ofensivo que contagió el Maracaná y puso en aprietos al conjunto de Reinaldo Rueda. Emmanuel Gigliotti supo aguantar y pivotear con presteza, y Meza y Barco resultaron aguijones cada vez que decidieron encarar.
Al mismo tiempo, en muchas transiciones, Flamengo encontró espacios amplios entre el medio y la defensa. En dichas ocasiones, lanzó un pelotón de hombres en ataque, comandados por la experiencia de Diego (ex Santos y Atlético Madrid) y con el movedizo Paquetá como hombre más preocupante, por la derecha, sometiendo a Tagliafico y Amorebieta.
Con esos dos partidos en uno, ambos equipos tuvieron situaciones para anotar. Asustó primero y más fuerte el equipo brasileño, con el mano a mano de Éverton en el que Campaña se jugó el cuerpo. También pudo ser de Meza, pero se topó con la humanidad del arquero local cuando quiso hallar el hueco para definir. Tuvo que combinarse una doble pifia (Tagliafico, que no toca el balón, y Domingo, que no llega a rechazar) para que Flamengo abriera el marcador a través del solitario Paquetá. El dorsal 29 a los 29 minutos de juego puso el 1-0.
Pero el "Rojo" no se desinfló en desventaja. A los 36′, Meza no claudicó ante un pase largo y Gustavo Cuéllar forzó el tropiezo. El árbitro Wilmar Roldán solicitó la sistencia del VAR, que corroboró la sanción del penal. Y Ezequiel Barco explicó, con su aplomo y talento en la ejecución cruzada, por qué desde la MLS quieren pagar más de 15 millones de dólares por su ficha.
El inicio del segundo tiempo acentuó el ida y vuelta. Entre el vértigo y la ansiedad del Flamengo y los intentos individuales de Independiente dejaron un partido sin mediocampo. La tendencia se maximizó con el ingreso de Vinicius en el conjunto local. Pudo poner el 2-1 el intratable Paquetá, a los dos minutos, tras un unipersonal que frenó Campaña. Mereció gritar Gigliotti a los 13: robó la pelota cerca de la mitad de cancha, se la tiró larga a un defensor a pura potencia y se la picó al arquero César. Barco dejó pasar y Trauco la sacó en la línea.
En la medida en que el cronómetro fue corriendo, la desesperación del local se fue incrementando. Y eso coincidió con la sabiduría de varios jugadores de Independiente, que empezaron a leer por dónde debían jugar el encuentro. En lugar de disparar en todas las acciones para buscar la jugada individual ante las grietas adversarias, fueron regulando, juntando botines sensibles y lastimando más en bloque. Flamengo busca los penales con empuje, a los empellones.
Teniendo en cuenta que no hay gol de visitante, la derrota por una diferencia de un tanto obligará a que el título de campeón se dirima desde el punto de penal. El triunfo y el empate le dan la corona al Rojo.
En la ida, el combinado dirigido por Ariel Holan había comenzado abajo cuando Réver metió un soberbio cabezazo para los brasileños. Emanuel Gigliotti y Maximiliano Meza, con un impecable remate desde afuera del área, dieron vuelta el marcador.
El árbitro en Brasil es el colombiano Wilmar Roldán, en un partido que cuenta con la posibilidad de consultar con la Asistencia Arbitral por Video (VAR), que está a cargo del uruguayo Daniel Fedorczuck en compañía del chileno Roberto Tobar y el uruguayo Nicolás Tarán.
El Rojo intenta alzar la 17ª corona internacional de su historia y así igualar la línea del Barcelona de España, quedando a una copa de igualar a Boca y Milan.
Cabe destacar que el ganador de este título logrará el acceso a otras dos finales internacionales: la Recopa Sudamericana ante el Gremio y la Suruga Bank contra el Cerezo Osaka.
Estadio: Maracaná (Brasil) Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia)
InfobaeMiércoles, 13 de diciembre de 2017
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