Fechas significativas Cómo vivir el Día de la Madre cuando los hijos están lejos Si bien siempre se extraña a un hijo que se fue, en fechas significativas su ausencia se siente mucho más. Qué sucede en la mente de la madre “sola”.
Las fechas especiales son los momentos por excelencia en los que suele emerger la necesidad de la construcción de una historia familiar que anude los hilos de los recuerdos.
Se insiste en las cuestiones de la transmisión, se recuerda a los ancestros que alguna vez bajaron de los barcos y el interrogante persiste: “¿Por qué la migración cambió de puerto? A éste habrá que responder que se juegan siempre motivaciones personales a las que cada época y cada lugar va aportando lo suyo y que, a veces, los condicionamientos son muy poderosos.
Y al pensar al hijo allá lejos, inevitablemente surgen preocupaciones, ya que enfrentarse a una situación de la naturaleza de una migración implica exponerse a realidades complejas, al efecto del desarraigo, a la nostalgia y a los duelos.
También se rememoran los últimos días “en casa”, los rituales de partida, las cenas de despedida, el saludo en el aeropuerto. Se advierte más que nunca la ruptura, que se contrapone al eterno anhelo de continuidad; se hace presente la dimensión temporal de la existencia y el inexorable paso del tiempo.
Y tal vez hasta se derraman algunas lágrimas hasta que llega el consuelo al recordar que, al menos, los avances tecnológicos seguramente permitirán comunicarse ese día.
Dra. Ana Rozenbaum de Schvartzman Psicoanalista, especialista en Niños y Adolescentes Titular con función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la International Psychoanalytical Association (IPA)
Autora del libro Había una vez… Historia y Prehistoria en la clínica con niños y adolescentes y coautora de Clínica Psicoanalítica de Niños y AdolescentesViernes, 15 de octubre de 2010
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