Una serie de consejos ¿Cómo recuperar la energía perdida? A todos les pasa. Hay épocas del año en que simplemente no se puede seguir. Si estás física y mentalmente agotado o sin ganas de hacer nada, unos sencillos cambios en el estilo de vida, la actividad, la forma de alimentarte y de relacionarte con el entorno, así como algunas técnicas alternativas, te devolverán la vitalidad.
¿Ya estás “cansado de estar cansado”? Comprobás cómo tu energía vital se va agotando a medida que transcurre el día, y cuando finaliza la jornada te preguntas cuánto tiempo vas a poder aguantar tu actual ritmo de vida.
¿Qué te está pasando? Niveles bajos de vitalidad pueden deberse al estrés que agota la energía del organismo, a una dieta que no aporta los nutrientes que necesita tu organismo para funcionar o, incuso, al tedio y la rutina cotidianas que te empujan a precipitarte en el sedentarismo y el desánimo.
Además, el agotamiento permanente no sólo se origina en una agotadora actividad laboral, personal y familiar, sino que puede obedecer a una serie de costumbres, actitudes y pensamientos, que van robando tus reservas de vitalidad.
El doctor Santiago Luis de la Rosa Iglesias, asesor científico en Medicina Natural de la Academia Iberoamericana de Medicina Biológica, propone unas sencillas recomendaciones para “recargar las pilas” y que las fuerzas te duren el mayor tiempo posible:
Sueño reparador. Dormir menos de las ocho horas (aproximadamente) necesarias es una costumbre que causa problemas como la dificultad para concentrarse y lagunas de memoria, irritabilidad, fatiga y debilidad de las defensas orgánicas. Además el organismo funciona con unos ritmos biológicos regidos por los ciclos de sueño y vigilia, durante los cuales produce distintos tipos de hormonas. Si no se descansa lo suficiente por la noche el cuerpo no recupera la energía que gastó durante la jornada.
Mejora tu vida sexual. Hacer el amor con frecuencia puede aportarte un rápido y placentero empuje de energía. El orgasmo aumenta los niveles de la hormona oxitocina, la cual aumenta la vitalidad. El sexo también es una buena forma de conseguir un sueño de calidad. Si no estás de ánimo para “un encuentro cercano”, probá con un abrazo: los niveles de oxitocina parecen elevarse incluso con las simples caricias.
El desayuno, fundamental. Si no desayunas o lo haces escasamente, no sólo vas a pasar la mañana en baja forma porque no incorporaste los nutrientes necesarios para tu actividad física y mental, sino que vas a llegar con mucha hambre a las otras comidas o picotearás entre horas de forma descontrolada. La combinación de fruta fresca, lácteos, cereales y frutos secos es un desayuno ideal que aporta minerales, vitaminas y oligolementos.
Mantén el sedentarismo a raya. Cuando haces ejercicio, tu cuerpo maneja mejor los elementos psíquicos y emocionales que te producen estrés y roban energía. Aseguráte de ejercitarte al menos tres veces por semana durante 30 minutos. Hagas lo que hagas -caminar, correr, ejercicios aeróbicos- comenzá a practicarlo sin extenuarte. La gimnasia estimula: entrena 5 minutos y vas a comprobar que al comenzar poco a poco y sin presión, no sólo podes seguir entrenando sino que también lo vas a querer.
Alejáte de los “ladrones de vitalidad”. Hay compañeros de trabajo, familiares o amigos que desgastan su energía psicológica y emocional con sus quejas, victimismo ó visión negativa o pesimista de la realidad. Si no se puede eludir la relación con esta gente tóxica, hacéte consciente de que mantienen esa actitud a una “forma de ver las cosas” que aprendieron a lo largo de su vida, que es una característica de ellos pero que no tiene que ser, también, la tuya.Miércoles, 20 de julio de 2011
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