Se trata de Gabriel Brochero, el "cura gaucho" Vaticano aprueba milagro de un sacerdote argentino El Vaticano aprobó este jueves un caso de “acción milagrosa” del sacerdote argentino José Gabriel Brochero, conocido como el “cura gaucho”, por lo que el religioso podría ser beatificado el año que viene.
Desde la ciudad Cruz del Eje, el obispo argentino Santiago Olivera, informó que "la Junta Médica del Vaticano aprobó en forma unánime el caso" presentado hace tres años por la Iglesia local, lo que constituye un "importante" paso en el proceso de beatificación del religioso.
En declaraciones radiales, Olivera opinó: "Es un paso muy importante. Si sigue todo bien, antes de fin de año, el santo padre podría firmar el decreto de beatificación".
El caso presentado remite a un joven que, según Olivera, había sufrido graves lesiones en un accidente automovilístico pero pudo recuperar su “buena salud” gracias " al milagro del cura Brochero".
Olivera dijo al respecto: “Se trató de una situación muy grave, un accidente muy grave y se había pedido por su vida (la del joven) a través de Brochero. Ha tenido funciones en su organismo y recuperado en un modo notable. Para ser prudentes y por respeto a la familia no decimos quién es. Es una curación de un niño en un accidente muy importante que Dios obró de una manera espectacular. Para nosotros, su vida es un milagro”.
Según explicó Olivera, los integrantes de la Junta Médica "valoraron al caso como un hecho que supera la ciencia”. Luego confesó que "hay muchas esperanzas” de que todo concluya antes de fin de año y en 2013 haya “una gran bendición y una gran fiesta en Córdoba", provincia en la que en 1840 nació Brochero, quien falleció en 1914.
El cura Brochero ya había sido declarado venerable por la Santa Sede, en febrero de 2004 por el papa Juan Pablo II, la primera de las escalas que culmina con la canonización. Para ser beato se necesita acreditar un milagro, y para ser santo, dos.
La historia del cura
Según cuenta su página web, José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) se convirtió en sacerdote cuando tenía 26 años, y en 1867 comenzó a destacarse por su “entrega” para socorrer a los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera en la ciudad de Córdoba.
Dos años más tarde abandonó Córdoba para hacerse cargo del curato de San Alberto, actualmente conocido como el valle de Traslasierra, en la localidad de Villa del Tránsito.
Explican que es recordado por los religiosos como “el cura gaucho” que asumió como propias las “necesidades de la gente” y en su vejez “enfermó de lepra, al haber compartido el mate y la vida de enfermos de ese mal, que lo dejó sordo y ciego” Jueves, 10 de mayo de 2012
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