Ante 50 mil personas Paul McCartney hizo delirar a River con un repertorio bien beatle En el primero de los dos conciertos del tramo argentino de la gira mundial “Up and Coming Tour”, Paul McCartney demostró la encendida vigencia beatle en un Monumental colmado por 45 mil personas a las que les ofrendó anoche un repertorio atravesado por unas 20 canciones de los cuatro de Liverpool. Así, en un estadio donde supieron reinar los Rolling Stones para instaurar el mito acerca del apego de esa estética entre los melómanos argentinos, Paul regaló una velada de fuerte y luminosa impronta beatle. El salpicado recorrido por esa obra artística que modificó el devenir de la música popular en todo el mundo comenzó con “All My Loving” que el músico entregó después de la apertura del show que a las 21 comenzó con la enganchada trilogía "Venus and Mars", "Rock show" y "Jet”. Hasta las 23.20 en que finalizó el segmento formal del recital, hubo certeras dosis beatles con “The Long and Winding Road”, “I ve Just Seen a Face”, “And I Love Her”, “Blackbird” (que ejecutó él solo) y “Eleanor Rigby”. Una arenga popular acompañó “Ob-La-Di, Ob-La-Da” y se extendió luego a “Back in the U.S.S.R”, “I`ve Got a Feeling”, “Paperback Writer” (que, avisó en inglés, “la toco con la guitarra con la que le grabé originalmente”), “A Day in the Life”, “Let It Be” y “Hey Jude” para el que se acompañó de un pequeño piano de pie pintado con motivos psicodélicos.
A la hora de los bises, que inauguró haciendo flamear desde el mástil a una enorme bandera argentina, sólo hubo lugar para más Beatle con una primera seguidilla integrada por “Day Tripper”, “Lady Madonna” y “Get Back”. El segundo agregado de canciones se inició con una antológica versión de “Yesterday” que entregó solo y haciendo sonar una guitarra acústica, para enseguida estallar de la mano de “Helter Skelter” y “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band”. El cierre definitivo llegó con “The End” que incluyó una linda zapada a tres guitarras, una lluvia de papelitos de colores y la sugerente imagen de un atardecer en el fondo del escenario y en las dos pantallas laterales. Pero el músico multimillonario, noble y de talento gigante, además fue un anfitrión eficaz y divertido que entregó otras 14 canciones formidablemente asumidas en compañía del cuarteto integrado por Rusty Anderson en guitarra, Brian Ray en guitarra y bajo, Paul "Wix" Wickens en teclados, guitarra y armónica y Abe Laboriel Jr. en batería.
En ese otro recorrido tampoco quiso despegarse del cancionero esencial que forjó junto a sus amigos y, por ello, anunció “para mi amigo John” antes de hacer “Here Today” que supo componer en yunta con Lennon. Además tributó al genio asesinado en Nueva York 8 de diciembre de 1980 con “Give Peace A Chance” y también recordó a George Harrison, que murió en Los Angeles el 29 de noviembre de 2001, interpretando “Something” sólo con un banjo. Vestido con un traje negro sin solapas y con una borla roja y esforzándose por hablar en español y repitiendo varias veces el “gracias, che”, exhibió ductilidad para ejecutar piano, guitarra y bajo, según la ocasión, desde donde también propuso canciones de Wings y otras de su tránsito en solitario. De Wings escogió “Letting Go”, “Let Me Roll It” (a la que hizo convivir con “Foxy Lady”, de Jimi Hendrix), “Nineteen Hundred and Eighty-Five”, “Let Em In” y, con los ojos vidriosos al recordar a Linda (su primera esposa, fallecida 17 de abril de 1998), “My Love”. De la banda que comandó con Linda entre 1971 y 1981 también asumió “Band on the Run”, “Mrs Vandebilt” y “Live and Let Die” que desató un vendaval de fuegos artificiales.
Para completar un listado que se extendió por 160 minutos, además sonaron “Highway” y “Sing the Changes” (ambos del álbum “Electric Arguments”, de 2008) y “Dance Tonight” (de la placa “Memory Almost Full”, de 2007).
Este viaje a un pasado de reconfortante actualidad se repetirá esta noche con el mismo estadio colmado que 17 años atrás recibió a McCartney por primera vez en la Argentina.Jueves, 11 de noviembre de 2010
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