|
|
11 de noviembre Día mundial de la ciencia para la Paz y el Desarrollo Hoy celebramos la función esencial que la ciencia puede desempeñar para alcanzar el desarrollo sostenible y mejorar las perspectivas de paz. En efecto, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo es una oportunidad propicia para destacar la manera en que la ciencia y la tecnología pueden contribuir a reducir la pobreza, proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida para todos. También tenemos que tomar conciencia de los obstáculos que impiden a muchos países aprovechar plenamente los beneficios que aporta la ciencia. Este año deberíamos hacer hincapié en el problema concreto del fortalecimiento de la capacidad científica de los países en desarrollo como instrumento esencial para lograr un desarrollo sostenible fundado en el conocimiento. Ningún país que aspire al progreso social y económico puede permitirse carecer de una capacidad independiente científica y tecnológica. En los últimos dos decenios se ha comprobado que una capacidad humana e institucional insuficiente en el campo de la ciencia es uno de los factores recurrentes que impide a los países en desarrollo conseguir los objetivos nacionales e internacionales.
La reducción de la pobreza, la sostenibilidad ambiental, el mejor acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento, la reducción de la mortalidad infantil y el mejoramiento de la salud materna son otros tantos grandes objetivos internacionales de desarrollo cuya consecución depende en gran parte de la capacidad de investigación y desarrollo (I y D) científico de los países. Ahora bien, para crear una capacidad científica es menester un planteamiento diversificado. Un sistema educativo que funcione correctamente y propicie la integración es un requisito previo imprescindible para todas las formas de desarrollo científico basado en la ciencia y el conocimiento.
También reviste importancia reforzar los vínculos existentes entre las instituciones educativas y los poderes públicos, la industria y el sector privado para favorecer las innovaciones y velar por que sus frutos se difundan ampliamente. De igual manera, las relaciones de colaboración en los planos sub-regional, regional e internacional son decisivos para abrir el acceso a la formación y la adquisición de competencias y crear una respuesta aunada ante los problemas compartidos del desarrollo.
En nuestra labor de fortalecimiento de las capacidades también tenemos que abordar el problema de la retención de los científicos expertos. Efectivamente, uno de los principales factores que socava la capacidad científica de los países en desarrollo es el éxodo de competencias científicas hacia el mundo desarrollado. Este fenómeno es elocuente y los científicos y técnicos de América Latina y el Caribe, África y Asia que se trasladan por trabajo a laboratorios e instituciones de investigación de Europa o los Estados Unidos de América es muy alto.
Más de dos millones de personas procedentes de los países en desarrollo estudia en instituciones de enseñanza superior de países industrializados y un tercio de los especialistas en Investigación y Desarrollo de esas mismas regiones reside y trabaja en países de la OCDE, lo cual constituye una pérdida enorme para el desarrollo de sus países de origen.
La UNESCO actúa propiciando el desarrollo endógeno, este apunta a reducir la brecha científica entre el mundo en desarrollo y el resto del mundo y combatir así la migración de los especialistas. Redes de centros /cátedras /investigadores / actividades constituye también un marco firme para la cooperación Sur-Sur, lo cual contribuirá a crear una masa crítica de científicos formados para resolver los problemas del desarrollo específicos de la región. Recordando la Declaración de Buenos Aires, el 30 de mayo de este año, con motivo de la Primera Reunión de Ministros y Altas Autoridades en Ciencia y Tecnología del MERCOSUR y Estados Asociados: “Los países del MERCOSUR se encuentran comprometidos, en forma solidaria con el conjunto de los países de América Latina y el Caribe, en la definición e implementación de estrategias para superar la pobreza y sentar las bases de un proceso de desarrollo sostenible, cuyos beneficios se distribuyen equitativamente”.
“Que el logro del objetivo antedicho implica la necesidad de acceder en forma plena a la sociedad del conocimiento, desarrollando para ello capacidades creativas e innovadoras de todos los actores relevantes en la sociedad y en la actividad económica, apuntando así a que el conocimiento científico y tecnológico sea utilizado apropiadamente como recurso para acceder a mejores soluciones sociales y desarrollar una producción con mayor valor agregado.”
“Que el acceso a una educación de alta calidad es la condición necesaria para que sean fructíferas las estrategias destinadas a dotar a la sociedad de recursos humanos altamente calificados, particularmente científicos y tecnológicos con una formación de excelencia”.
“Que se hace necesario, para ello, desarrollar una visión común que integre necesidades, objetivos y capacidades para instalar sólidamente a la ciencia, la tecnología y la innovación no solo como instrumentos del mejoramiento de cada país en particular, sino como uno de los ejes estratégicos de la construcción del bloque regional. La experiencia de otras regiones del mundo que han avanzado en este sentido resalta la posibilidad y los beneficios de un camino propio para lograrlo. No intentarlo sería privar a nuestras sociedades de ser participes plenos de los inmensos beneficios que ofrece el ser actores activos en la nueva era de la economía del conocimiento.”
En este Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, la UNESCO insta a intensificar la acción a nivel nacional, subregional, regional y mundial con el fin de ayudar a los países en desarrollo a aumentar las capacidades que necesitan para participar plenamente en el progreso de la ciencia.Jueves, 11 de noviembre de 2010
|
|
|
|
Volver |
|
|