Escuela N° 409 de Parada Acuña Taller de concientizacion sobre maltrato animal y violencia familiar La Diputada de la Nación Lic. Marijó Areta y su equipo de trabajo, en el día de ayer miércoles 10 de agosto, visitó la Escuela N° 409 de Parada Acuña, con el propósito de continuar con los Talleres de Reflexión sobre el Maltrato Animal. Los niños y niñas disfrutaron de una tarde jugando y reflexionando sobre este tema, con la presencia de las madres que participaron del Taller... La diputada expresó que “el maltrato a los animales comprende una gama de comportamientos que causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés al animal, que van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso e intencional. Cada año, un elevado número de animales son víctimas de maltratos indirectos tanto como en la ciudad de Monte Caseros o como en este paraje y que es parte del abandono en los cuidados básicos: omisión en la provisión de refugio, alimentación y/o atención veterinaria adecuada o de maltratos directos omisión intencional de proporcionar los cuidados básicos o tortura, mutilación o asesinato malicioso del animal”.
“El mencionado abuso es un problema social de grandes dimensiones que no solo afecta a aquellos animales víctimas de esta violencia sino a todos los miembros de nuestra sociedad”, declaró la Diputada. La Psicóloga Areta relacionó la existencia de maltratos a mascotas en casos de violencia familiar, coincidiendo que, “la crueldad hacia las mascotas aparece con alta frecuencia en los casos de violencia doméstica. Por lo tanto, la crueldad a los animales en los casos de violencia familiar probablemente sea mucho más común de lo que se reporta”.
“En estos casos de violencia doméstica, la persona que maltrata a la mascota es el mismo que maltrata a los demás miembros de la familia. El ofensor generalmente comienza con abusos verbales hacia miembros de la familia, continúa arrojando o golpeando objetos, su nivel de violencia escala al maltratar a la mascota del hogar y termina por cometer actos de violencia contra su esposa/o y/o hijos. Hay veces en que el ofensor no llega a maltratar físicamente a miembros de la familia pero lo hace de forma psicológica al maltratar a la mascota. Sin embargo, con el paso del tiempo, es muy probable que estas amenazas psicológicas se conviertan en violencia físicas hacia algún miembro de la familia”. Concluyendo, Areta dijo, “la existencia de un vínculo entre la crueldad a los animales y otros tipos de violencia requiere la colaboración activa entre organizaciones protectoras de animales, psicólogos, médicos, psiquiatras, veterinarios, asociaciones protectoras de víctimas de violencia familiar y el sistema judicial a fin de implementar un tratamiento eficaz. En última instancia, el tratamiento de este problema, además de frenar la injusticia que acarrea sobre las víctimas de este maltrato, constituirá una herramienta esencial en la prevención de otros tipos de violencia en nuestra sociedad”. Jueves, 11 de agosto de 2011
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