Quedando el padre cuidando a su hijo de 6 meses cuando la madre, sale a hacer unas compras al almacén, de pronto, comienza a llorar, lo levanta de la cuna y trata de calmarlo moviéndolo en sus brazos de un lado a otro, pero la criatura continúa llorando vigorosamente. Pasan los minutos y la situación no mejora. No sabe qué hacer y no sabe por qué llora. Al legar la madre el padre le dice angustiado, está llorando desde hace 10 minutos y no para de quejarse. La madre lo mira al bebe y dice con tranquilidad, no es nada, tiene hambre lo lleva al pecho y el hijo deja de llorar.

Hay personas que cuando miran el rostro de otra persona que manifiesta una determinada emoción: tristeza o llanto sienten mental mente ese sentimiento gracias a las neuronas espejo que nos relacionan con el mundo de los otros y esto es debido a que nuestro cerebro es un órgano social. Con las neuronas espejo vemos la expresión del otro y lo podemos sentir, de esta manera, los hijos adquieren costumbres de sus padres, principalmente de la madre que es con la que está a mayor cantidad de tiempo y al cabo de unos años son muy parecidos, porque copian la forma de hablar y el mecanismo son las neuronas espejo que se encuentran en el cerebro del niño en desarrollo, que copian los hábitos de su madre, mientras que la empatía es la capacidad de comprender y vivenciar una emoción del otro como si lo sufriera uno y en este sentido las madres tienen más desarrollada esta capacidad. Las neuronas espejo son un grupo de células nerviosas o neuronas que se activan durante una actividad concreta y también al observar a otra persona que realiza la actividad. La actividad observada estimula el sistema nervioso del cerebro, tal como lo haría si la propia persona, hubiera realizado la actividad.