Sociedad Ranking: las 10 faltas de modales más comunes La etiqueta no se trata sólo de pararse derecho y tener buenos modales. Se trata de un reflejo de ti mismo en la forma cómo interactúas socialmente. El no sostener la puerta a una señora mayor le dice mucho de ti a la gente que te ve; básicamente, que no puedes actuar ni cinco segundos como un tipo más o menos decente. Por buena o mala fortuna, tu imagen y apariencia no es parte de lo que te define -es lo único que te define...
La gente que no te conoce va a llenar sus espacios en blanco sobre ti en base a la información que tengan, que es básicamente cómo te comportas en público. No importa si tú piensas que eres lo máximo en el universo y que no debe importarte lo que piensen los demás; un mal hábito social puede convertirse fácilmente en aquello que te identifica: cualquiera que te vea masticando con la boca abierta como una vaca o que actúe como matón contra el mozo del restaurante va a recordar eso por sobre en qué trabajas o cuán sofisticado te vistes.
Aunque hay una lista larga, digamos que existen varios errores que son los que más comúnmente cometemos. Empecemos a arreglar lo general para ir luego a los detalles.
1. No presentar a la gente
Sea que se trate de una reunión social o laboral, siempre está mal dejar de presentar a dos personas cuando tú eres el único nexo entre ellos. Esto es en realidad sólo cortesía común, pero si están conversando los tres y alguien te llama, los dejarás conversando sobre el clima mientras ninguno conoce el nombre del otro. Aunque existen ciertos acuerdos sobre cómo hacer presentaciones profesionales (como presentar primero a la persona profesionalmente superior), nada es tan importante como hacer las presentaciones en sí mismas.
2. No salir a contestar una llamada al celular
La gente que comparte un espacio físico contigo requiere de tu atención. Incluso si estás en un mismo ambiente con un grupo de extraños, si recibes una llamada apártate y mantén tu conversación sólo para ti en cuanto te sea posible. Esto, por supuesto, si no estás reunido con tu familia, tu novia o hablando de negocios, porque tu interlocutor pensará que tu llamada es más importante que él o ella. Lee las 10 peores faltas de etiqueta electrónica.
3. Discutir por la cuenta
He aquí una regla simple para cuando tengas una comida en grupo: prepárate siempre para pagar lo tuyo e incluso compartir cuentas, pero nunca te aproveches de esa posibilidad pidiendo de más para que el costo se distribuya entre todos. Cuando vayas a una comida en grupo, nunca faltará el tipo que se ordene tres tragos carísimos luego de su lomo a la parrilla y que espera partir la cuenta contigo y tu sandwich. Si esta situación se presenta y te pone furioso, enfréntala en un lugar diferente, sin provocar ninguna discusión en el restaurante. Estarás pagando un pequeño precio por demostrar que tienes clase.
4. Llegar tarde
La gran mayoría de gente valora su tiempo. Si quieres una manera segura de indicarles que tú no valoras ni a su tiempo ni a ellos, no aparezcas a la hora acordada. Sí, puedes llegar 20 minutos tarde con una explicación grandiosa, pero la otra persona se quedará con la sensación de que valoraba más esa reunión que tú. Especialmente si se trata de un ambiente profesional con clientes y jefes, el llegar tarde es una manera notoria de dividir a la gente entre capaces y considerados y aquellos que siempre ponen las excusas sobre el tráfico y los autos que no encienden.
5. No ceder tu asiento
El darle tu asiento a alguien que lo necesita más que tú no sólo es una regla de modales, sino un comportamiento básico de decencia y no tiene nada que ver con discusiones de género. Tal vez la chica embarazada o la señora mayor no necesiten con urgencia el asiento que tanto te costó encontrar en el bus, y quizás tuviste un día terrible caminando por todos lados, con los pies hinchados y las piernas molidas, pero tu sentido de humanidad debe estar siempre primero.
6. Tratar mal al personal de servicio
La gente que te presta un servicio, como los mozos en los restaurantes, usualmente ganan el mínimo o poco más porque se supone que sus ingresos extras provienen de las propinas que los clientes dejan, usualmente entre el 15% y el 20% de la cuenta. Está perfectamente justificado dejar menos de esa cantidad para indicar que no estás contento con el servicio si está genuinamente justificado, pero no está bien no dejar propina sólo porque eres un tacaño o no habías pensado en ese adicional. No los trates como si fueran tus sirvientes. Sí, ellos tendrán que aceptar ese trato de ti, pero el tratarlos mal no te hará ver como alguien con autoridad, sino como un cerdo.
7. Hablar sólo de ti mismo
Aunque hayan tipos arrogantes y centrados en sí mismos, eso no te da permiso para imitarlos. El llevar las conversaciones hacia temas que tú domines para hacer ver cuánto sabes es lo mismo. Resiste las ganas de decir “¡ah, sí, y esto es así, así y así!”. Cállate por un minuto, escucha lo que dice el resto y haz una pregunta sobre lo que has escuchado, así sea el tema que tú domines. Esto le hará sentir a la gente que la estás escuchando y que no sólo te importas tú. Y si alguien te discute sobre un tema de tu dominio, sólo sonríe, abre las manos y cuenta cómo es que sabes lo que sabes. Pero no lo dejes en ridículo; la otra persona puede estar genuinamente equivocada. O quién sabe, tal vez tú.
8. Ser un patán de gimnasio
El patán de gimnasio es el que monopoliza los equipos, incluso si parece no estar utilizándolos mucho; el que deja caer pesadamente las pesas para demostrar cuánto es capaz de levantar; el que deja los equipos con los que está trabajando en las vías por las que circula la gente o el que no entiende (o no le importa) que dejar sudadas las bancas y el equipo es inexcusable. Simplemente, no actúes como la persona más importante en el mundo, así seas el único con la musculatura de Hulk en el gimnasio. Sé un gigante amable, no el troll que aparece en Harry Potter. Demostrará que no sólo tienes músculos, sino también cerebro.
9. Arreglarte en público
No importa si piensas que nadie te está viendo; no te asees ni te arregles en donde otros puedan verte. No está bien. Todo lo que usualmente hagas en tu dormitorio o tu baño debe estar restringido a esos ambientes, incluyendo limpiar tus oídos, cortarte las uñas y sacarte cosas de entre los dientes -en general, todo lo referido a higiene personal. Si quieres una manera fácil de identificar las cosas, ponlo así: no hagas en público nada que no harías enfrente de una mujer atractiva. Lee Preguntas sobre Presentación Personal.
10. Comer con la boca abierta
Esto incluye, por supuesto, hablar con la boca llena. Degrada tu modo de comer al de un animal y disgusta a quien esté cerca a ti y trata de disfrutar su comida. Es el estereotipo del hombre desagradable para una mujer y del tipo sin clase. Simplemente mantén la boca cerrada mientras comes; si alguien te habla y se queda esperando tu respuesta, hazle la señal de “espera” con la mano y termina de masticar.
Miércoles, 13 de julio de 2011
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