Sociedad Se celebra mañana en cincuenta países el día del padre En una cincuentena de países, entre los que se cuenta la Argentina, se celebrará mañana el Día del Padre, una institución relativamente nueva, que si bien no supera en regalos y mimos el rating del Día de la Madre, comenzó aquí a tener vuelo propio cuando se decidió partir el aguinaldo en dos mitades, puesto que la primera se cobra en junio.
Desde entonces, ellos son homenajeados cada tercer domingo de junio con suéters, afeitadoras, zapatillas, black berrys, camisas, lociones y/o laptops, lo que da cuenta del poder mágico que adquiere una tarjeta en manos de una mujer, que no sólo acuña el mérito incontrastable de haberlo convertido en padre, sino también una enorme dosis de altruísmo: la de comprar todo eso para que se luzcan sus hijos, a los que deberá zamarrear tipo mediodía, para que despierten y recuerden de qué se trata. A decir verdad, el padre estuvo exiliado del almanaque argentino durante mucho tiempo: su día recién surgió en 1958; y comparativamente, el Día de la Madre existe desde 1923.
Curiosamente, aquel primer Día del Padre no fue en junio, sino el domingo 24 de agosto, en memoria de que ese día el padre de la Patria, José de San Martín, fue papá de Merceditas.
Desde 1953 la profesora Lucía Zuloaga de García Sada, venía presentando ante la Dirección General de Escuelas de Mendoza la iniciativa de declarar el 24 de agosto como Día del Padre, a lo que también adhirió a nivel nacional la Liga de Padres de Familia, por cuanto, "cábele al padre, jefe indiscutido del hogar, generador de la vida en íntima unión con su esposa, marcar orientaciones, sostener, educar y ser guía y mentor del grupo familiar", se fundamentó.
Tres años más tarde, consiguieron que el Consejo de Educación de la Nación, por resolución 84056 del 22 de octubre de 1956, incluyera la celebración en el calendario escolar nacional del 24 de agosto como Día del Padre "por razones patrióticas", a partir del año siguiente.
Pero en 1957, al hacer el calendario, algún burócrata del Consejo olvidó incorporarlo y esto hizo que recién el domingo 24 de agosto de 1958 pudiera celebrarse por primera vez en el país el Día del Padre.
Al siguiente año, el 24 de agosto cayó lunes y fue todo un problema: "No es posible que festejemos nuestro día trabajando", se quejó un padre, que además de padre, era anarquista. Al otro año cayó en martes y la bronca se propagó. Así fue increscendo hasta que alguien cortó por lo sano y a mediados de los años ´60 instituyó el tercer domingo de junio.
Esta segunda fecha surgió porque con el Día del Padre pasa más o menos como con Halloween o el Día de los Enamorados: fue importado del gran país del Norte por razones comerciales (para no decir por pura tilinguería).
Sucedió que mientras asistía a una misa con motivo del Día de la Madre, a Sonora Smart Dodd se le ocurrió promover otra para homenajear a su padre, un veterano de la guerra civil que había enviudado y quedado a cargo de sus cinco hijos, a los que crió de manera ejemplar.
Como el papá cumplía años en junio, el primer Día del Padre tuvo lugar en Washington el 19 de junio de 1910. Como el ejemplo cunde, en los años siguientes se celebraron misas de homenaje a los padres en otras ciudades de Estados Unidos, y especialmente desde 1924, cuando el presidente Calvin Coolidge lo declaró celebración nacional.
En 1966 el presidente Lyndon B. Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como fecha para la celebración del Día del Padre, y Argentina, entre otros cincuenta países, resolvió adherir, sobre todo por presión de los comerciantes, que hallaban algo alicaídas las ventas a esa altura del almanaque.
A Rusia, claro, esa idea no le gustó nada y mantuvo como Día del Padre el 23 de febrero; Italia, Portugal, España, Bolivia y Honduras coinciden en festejarlo el 19 de marzo; en Alemania es el 1 de junio; en Uruguay, el segundo domingo de julio y en Brasil, el segundo de agosto; en Luxemburgo es el primer domingo de octubre y en Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia, el segundo de noviembre.
Como se ve, no hay en el mundo demasiadas coincidencias acerca de este festejo. Pero la nota más extraña se dio en casa: Mendoza se espantó tanto como Rusia ante la posibilidad de instaurar una suerte de "Día del Padre Yanqui" y dijo "no".
Sus escuelas se mantuvieron fieles al Libertador en la celebración del 24 de agosto como Día del Padre durante casi medio siglo: 1953-2000.
Fuente:Télam Sábado, 18 de junio de 2011
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