¿Cuántos somos y cómo estamos? Arrancó el censo nacional 2010 Se inició a las 8 y se extenderá hasta las 20 en todo el país. Es el décimo en la historia argentina. Más de 650 mil censistas recorren casa por casa para conocer cómo vivimos. Por primera vez se relevará a las parejas gay y se hará un mapa de la población aborigen.
Un ejército de censistas comenzó a las 8 a recorrer el país para contar, uno por uno, cuántas son las personas que viven en Argentina. El censo es, ante todo, una radiografía que permite saber cómo viven los habitantes del país. Sin ella, resulta imposible diseñar políticas públicas.
Este Censo Nacional de Población, Viviendas y Hogares 2010, décimo en la historia del país, costará 523 millones de pesos, un 72% más de lo anunciado inicialmente. Para saber cuántos somos y cómo vivimos, 650 mil censistas saldrán a relevar cada una de las casas. Sus habitantes tienen la obligación de responder y el derecho a reservarse su nombre. El artículo 47 de la Constitución Nacional establece que todos los años terminados en cero debe realizarse un censo de población que responde a una obligación del Estado.
El Censo busca lo que los especialistas denominan “información gruesa”. Es decir los grandes trazos que, después, servirán de base para realizar investigaciones más minuciosas. Por ejemplo, por primera vez este año con dos preguntas se sabrá el grado de alfabetización digital en Argentina. El censista sólo querrá saber si en la casa hay computadoras y quién sabe usarla. Esos datos servirán de base para otros estudios.
En este relevamiento se tendrán en cuenta por primera vez a las parejas gays, y se volverá a incluir a los afrodescendientes. Además, los datos permitirán armar un mapa de la población aborigen y de la discapacidad en todo el país.
Pero este Censo no llega solo. Nunca antes el INDEC, organismo encargado de llevarlo adelante, había sido tan cuestionado. El temor por la inseguridad también sumó incertidumbre, aunque ayer el ministro del Interior, Florencio Randazzo, afirmó que “están dadas todas las condiciones de seguridad”.
El valor del Censo radica en que toda la información que se recolecte hoy servirá para diagramar las políticas públicas de una década. Sólo el Estado está en condiciones de realizar semejante operativo. Por eso, desde algunos sectores se cuestionó que este nuevo Censo deje de lado algunas preguntas, como en qué escuela se educan los chicos –pública o privada– o si en una casa hay freezer o televisión por cable, cuestiones que colaboran para conocer el nivel socioeconómico de la población.
Pero estas no son las únicas críticas sobre el INDEC. Tanto los empleados del instituto que se oponen a la actual conducción como el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento –integrado por cinco universidades– denunciaron serias falencias en los preparativos para realizar el Censo. Hoy, pero sobre todo el 20 de diciembre, cuando se conozcan los primeros resultados, se sabrá hasta dónde pesaron las críticas. Miércoles, 27 de octubre de 2010
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