El tercer finalista de Gran Hermano Martín Anchorena le pone una cruz a las mujeres casadas Se trata del “tapado”, de quien siempre trató de evitar las confrontaciones y mantuvo un perfil bajo que lo llevó a quedar tercero en la carrera por consagrase campeón de Gran Hermano. Martín Anchorena tuvo su “Íntimo” y lo aprovechó.
El tercer finalista de la edición 2011 del reality visitó Telefé para tener el correspondiente mano a mano con el conductor Mariano Peluffo. En el estudio se lo vio distendido y satisfecho por su paso por la pantalla chica.
“Estoy contento con todo, me di cuenta afuera que valió realmente la pena haber pasado por la casa y haber conocido a un montón de personas”, lanzó Anchorena, quien aseguró sin que le tiemble la voz que “está todo bien con todos”.
Donde hubo fuego, ¿cenizas quedan? El tiempo pasó, también los vaivenes y las peleas. Pero en la “casa más famosa del país” quedó flotando la cercana relación que Martín tuvo con Loreley, y que tanto debate generó afuera.
“Una mujer casada para mí tiene una cruz. Había cosas que no me gustaban porque hay circunstancias que se malinterpretan. Uno necesita afecto, pero nunca me sentí confundido”, aseguró Martín, todo un caballero.Jueves, 5 de mayo de 2011
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