Divorcio Los hombres se deprimen más que las mujeres Según los especialistas, expresan menos sus emociones. Y hay pautas culturales que les hacen más difícil el divorcio, como dejar la casa familiar. También sufren más por perder las rutinas que tenían con sus hijos.
Sea una separación cordial o la remake de "La guerra de los Roses", los especialistas coinciden en que el divorcio genera en los hombres una sensación de orfandad: tanto por el duelo que significa la mudanza a un nuevo hogar como por la adaptación a un nuevo esquema de contacto con sus hijos que ahora debe encajar en un régimen de visitas. Salvando las distancias, un nuevo estudio canadiense lo confirma: cuando un matrimonio se disuelve, los hombres tienden a sufrir más estados depresivos que las mujeres. Los datos proceden de la Encuesta Nacional sobre Sanidad de la Población realizada en Canadá entre 1994 y 2005. El estudio indicó que los hombres de entre 20 y 64 años que se habían divorciado tenían 6 veces más posibilidades de padecer un estado depresivo que los que permanecían en pareja, mientras que las mujeres separadas tenían 3,5 veces más chances de sufrirlo. La conclusión fue doble: tanto hombres como mujeres que se divorcian tienen más riesgo de deprimirse, y el hombre casi duplica las posibilidades. Esto, cabe aclarar, corresponde, como en todo estudio, a una generalidad: cada divorcio es una historia en sí misma.
Los especialistas argentinos lo relativizan: coinciden en que extrapolar los resultados sin medir las diferencias culturales es riesgoso, pero concuerdan en que existen factores que suelen agravar la situación del hombre. "Ha quedado establecido que es el hombre quien se va de la casa y pierde contacto con la cotidianeidad doméstica, y eso le genera una mayor sensación de pérdida y vacío", explica Sergio Sinay, terapeuta y especialista en vínculos. "Si a esto le sumamos que los hombres tienen menos desarrollado el hábito de explorar sus propias emociones y menos entrenamiento para expresarlas, se comprende que en un momento de gran intensidad emocional caigan en estados depresivos. Esto tiene un costado dramático porque culturalmente les está prohibida la depresión ya que se supone que es una expresión de debilidad", agrega. Norberto Inda, psicoanalista e investigador en temas de género, concuerda: "El varón occidental aparece anclado al estereotipo asociado más al triunfo y a la competencia que al cuidado del otro, por eso el hombre busca el matrimonio como el lugar del reposo del guerrero. Cuando se separa, pierde el lugar de amparo".
Desde su experiencia como abogado de familia, Osvaldo Ortemberg, coincide: "Apenas se divorcia, la separación descomprime el conflicto y alivia. Pero al poco tiempo, comienza a notar la pérdida de los hábitos de la que era su casa y de los rituales con los hijos, como los besos de las buenas noches".
¿Por qué difiere la reacción en hombres y mujeres? "Las mujeres suelen tener más fuentes de sustento emocional: las redes de amistades son más fuertes y están más insertas en las redes familiares. Y si bien los hijos son una carga económica, también son compañía y fuente de afecto", explica Irene Meler, psicóloga y coordinadora del foro "Psicoanálisis y género".
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de que una persona está atravesando un estado de presivo post separación? "Aparece una forma de pérdida del deseo. El hombre se abandona en el aspecto, baja su rendimiento laboral y hasta se aleja de los hijos porque no quiere que lo vean abatido", afirma Sinay. Sergio Rodríguez, médico psicoanalista, suma a estos síntomas "una desvalorización en donde se culpa por las ilusiones frustradas y por lo que se podría haber hecho para salvar la pareja".
Pero este estado de depresión no significa que la persona esté enferma. "El que atraviesa un estado depresivo, a diferencia de un depresivo crónico, vive un momento saludable que le permite frenar, hacer el duelo y empezar de nuevo. Saldrá mas rápido del duelo en la medida en que menos lo oculte", dice Sinay.Martes, 12 de abril de 2011
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