Estación del Este Se presenta el libro de Joaquín Areta Hoy, jueves 24 de marzo, se conmemora el Día nacional de la Memoria por la verdad y la Justicia, (Recordatorio del último golpe de Estado), y en conmemoración a la fecha, se presentará el libro de Joaquín Areta, con la poesía "Quisiera que me recuerden...".
El lugar elegido para la presentación, es la Estación del Este de nuestra ciudad, ubicada en las intersecciones de Vicente Mendieta y Buenos Aires. Su inicio está previsto para las 21:00 hs....
El autor del poema, Joaquín Areta, era montecasereño y estudiante de medicina. Fue desaparecido en la Esma en 1978, cuando tenía 22. Su compañera de entonces, Adela Segarra,(Quien estará presente en el acto) es hoy diputada provincial bonaerense por el Frente para la Victoria. Antes fue senadora. Areta no publicó libro alguno en su corta vida, repleta de sueños truncos, pero guardaba una pequeña obra, escrita en el fragor de la vida de militante, en una libreta roja. Seguramente, había leído con pasión la obra del poeta guerrillero salvadoreño Roque Dalton, que murió en 1975. Adela guardó para el futuro aquella libreta “Apuntes” marca Norte número 402.40, industria argentina, hoy llena de hojas amarillentas, algunas de las cuales estaban sueltas, sin saber que un día algunas de sus palabras emocionarían a millones de personas. La conservación de aquella libreta roja, que durante muchos años fue un tesoro familiar, según cuenta el hijo emocionado que hoy es el treintañero Jorge Ignacio Areta, permitió una recuperación de sus textos principales, que generó que este año apareciera el libro Siempre tu palabra cerca, un poemario de Joaquín primorosamente editado por Libros de la talita dorada, para una colección llamada Los detectives salvajes. La colección fue generada en La Plata con la idea de publicar obras inéditas de poesía perdidas, escondidas o silenciadas por efectos de la era del Terrorismo de Estado junto a otras de poetas actuales “los que van y vienen con ese ayer, los perdidos, literales, huérfanos, menores, decadentes y malparidos por el neoliberalismo poético”.
Joaquín era un chico brillante, nacido en Monte Caseros, Corrientes, en agosto de 1955, pero radicado en La Plata a los 13 años. Hizo el secundario en el Colegio Nacional Rafael Hernández y llegó a ser parte de la conducción de la Unión de Estudiantes Secundarios. A Juan, un amigo de la infancia, le confesó en un tórrido verano en su pueblo, que quería estudiar una carrera corta para ponerse lo más pronto posible al servicio del país. “Quiero a mi patria/ como a mi propia vida”, escribiría un poco más adelante en aquella libreta roja, destinada a ser también su testamento. En 1973, ingresó a una carrera larga que jamás terminaría, Medicina, y un año después conoció a Adela, la compañera que le dio su único hijo. Se sentía un cuadro Montonero hecho y derecho, en lo práctico y en lo teórico, dicen sus textos. En 1976, un hermano suyo, Iñaki, que había sido una de sus referencias políticas, murió en combate. Por Iñaki –así se llama también hoy el nieto que no conoció– escribió: “Te fuiste para dejarnos/un hueco y un compromiso”. A él mismo lo apresó un grupo de tareas, a fines de junio de 1978, apenas terminado el mundial de fútbol, en una cita cantada en Capital Federal.
Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarse. Quisiera que me recuerden por haber hecho caminos por haber marcado un rumbo porque emocioné su alma porque se sintieron queridos protegidos y ayudados porque nunca los dejé solos porque interpreté sus ansias porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices la seguridad de los justos el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores con comprensión por mis debilidades con cariño por mis virtudes.
Si no es así, prefiero el olvido que será el más duro castigo por no cumplir con mi deber de hombre Jueves, 24 de marzo de 2011
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