Los nacidos el 10 de febrero procuran ser aceptados por la mayor cantidad posible de personas, pero también les gusta que los acepten las personas calificadas. Muchos de ellos desean que sus capacidades sean valoradas en los más altos estratos sociales o culturales. Los más evolucionados logran ese reconocimiento sin mucho esfuerzo, y sin comprometer su integridad; suelen seguir confiadamente una visión personal tan intensa o imaginativa que se ganan el aprecio de los demás.
Es muy raro que los nacidos este día cambien su forma de ser a fin de ganar popularidad. Su actitud básica puede resumirse en una frase —«Lo tomas, o lo dejas»—, pero no porque sean combativos o dados a los enfrentamientos, sino porque sólo saben hacer las cosas a su manera y se sienten seguros de sí mismos. Por desgracia, esa actitud puede interpretarse como obstinación o inflexibilidad, y tendrán que encontrar una pareja muy comprensiva o alguien que los quiera precisamente por sus excentricidades, sus faltas y sus manías.