Elecciones 2015 Por qué el voto en blanco favorece al primero y puede evitar un balotaje El voto en blanco es válido pero no afirmativo; puede definir los comicios cuando es muy ajustada la diferencia entre los dos candidatos más elegidos
Las elecciones presidenciales podrían ser las primeras en la historia del país que se definan por segunda vuelta, ya que la diferencia que hay entre el primero y el segundo sería menor a lo que establece la ley electoral para declarar un ganador en primera vuelta.
Sin embargo, será clave en los comicios del 25 de octubre la cantidad de votos en blanco, ya que ese tipo de sufragio favorece al candidato más votados, que así podría evitar el balotaje.
¿Por qué? ¿cómo se hace el recuento? ¿se computan los votos en blanco?
El Código Electoral Nacional establece que en la Argentina habrá balotaje si ninguna fórmula obtiene más del 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento con una diferencia superior a 10 puntos porcentuales sobre la fórmula que le sigue en número de votos.
Los votos que se suman para llegar a ese porcentaje son los "afirmativos válidamente emitidos". En ese sentido, los votos en blanco son "válidos", pero no son "afirmativos"; es decir, integran la torta del 100 por ciento de los votos, pero no se computan a la hora de determinar qué porcentaje final obtuvo cada candidato. Como según sondeos de intención de voto la diferencia que hay entre el primero y el segundo ronda entre 9 y 11 puntos, y la ley establece que para que haya un ganador en primera vuelta tiene que ser de 10, puede ser determinante la cantidad de votos en blanco, que en las PASO de agosto sumaron 4,27% (989.823 votos).
Como son dos los resultados que podrían definir si hay o no balotaje, los siguientes ejemplos pueden clarificar la importancia del voto en blanco:
Ejemplo 1: gana el que obtiene más del 45 por ciento de los votos.
Hay 1.000 votos válidos con la siguiente distribución: 440 para el candidato A; 320 para el B; 191 para el C; y 49 votos en blanco. Si se tiene en cuenta ese universo, el candidato A sacó el 44%; B, el 32%; C, el 19,1%; y votos en blanco, 4,9%.
Pero como los votos en blanco no son afirmativos, el universo a tener en cuenta suma 951 votos. Así, el candidato A sacó el 46%; B, el 33%; y el C, el 20%. Es decir, el candidato A gana en primera vuelta porque obtiene más del 45 por ciento de los votos.
Ejemplo 2: gana el que obtiene el 40 por ciento con una diferencia superior a 10 puntos.
Hay 1.000 votos válidos con la siguiente distribución: 400 para el candidato A; 301 para el B; 200 para el C; y 99 votos en blanco. Si se tiene en cuenta ese universo, el candidato A sacó el 40%; B, el 30,1%; C, el 20%; y votos en blanco, 9,9%.
Pero el universo de afirmativos a tener en cuenta suma 901 votos. Entonces, el candidato A sacó el 44,4%; B, el 33,4%; y el C, el 22,2%. Es decir, el candidato A gana en primera vuelta porque obtiene más de 40% -y menos de 45- con una diferencia superior a 10 puntos porcentuales sobre la fórmula B. La NaciónJueves, 22 de octubre de 2015
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