Sociedad Diez objetos que la tecnología se llevó El avance de la tecnología hizo que maravillosos inventos que supieron revolucionar la vida cotidiana, hoy sean piezas de museo y hasta objetos de culto que se venden.
Y llegó el cambio de milenio. Después de muchas teorías conspirativas, de finales del mundo según cientos de mitologías y de especulaciones financieras, lo que el cambio de cifra nos dejó no fue más que un abrupto despegue tecnológico.
¿Las consecuencias? Objetos que luego de revolucionar el mercado, sucumbieron ante el avance de sus sucesores y hoy yacen por cientos de pesos en las vidrieras en donde lo vintage no sólo es “cool” sino que también es carísimo. Para refrescar la memoria, el portal británico de la BBC publicó un listado con algunos de los artefactos que se dejaron de usar gracias al avance tecnológico. Apto para nostálgicos y curiosos.
El fax
La década del ochenta vio nacer a unos grandes aparatos emisores de molestos sonidos que revolucionaron el mercado de las comunicaciones. Infaltables en cualquier oficina, el concepto buscaba poder enviar un papel hacia cualquier lugar del mundo. Hoy, los scanners y el correo electrónico reemplazan su lugar y reducen la tarea a unos simples segundos. Todo, claro, sin siquiera tener que comprar un papel especial o tinta.
Cintas de VHS
Una empresa japonesa lanzó al mercado en 1976 un sistema que permitía popularizar cualquier tipo de cinta cinematográfica. Su formato, pequeño –en las dimensiones de la época, claro- prometía hacer de la visualización de cualquier película algo menos peligroso. Al menos, con ellos, no existía peligro de que se queme la cinta. A partir de 1995, la aparición del DVD los eliminó del mercado. Al menos, ahora, ya no hay que rebobinar la cinta para devolverla en el viejo video club.
Directorios telefónicos
Cuesta recordar aquellas épocas en donde uno compraba un gran libro que contenía teléfonos útiles. Ya sea para ubicar a una persona, un comercio o un especialista, años atrás cualquier persona buscaba en los directorios telefónicos que se acomodaban cerca del teléfono del hogar. La aparición de Internet, la proliferación de las redes sociales e inclusive la digitalización de los archivos de las empresas que fabrican, hasta el día de hoy, los “libracos”, hicieron que los directorios dejen de resultar tan efectivos.
Anuncios clasificados
Todo, no importa qué, podía ser vendido desde las páginas del diario. Ese fue el concepto con el que se logró jerarquizar, ordenar y presentar los cientos de pequeños avisos publicitarios –algunos buscando un servicio, otros ofreciéndolo- que llegaban a diario a las redacciones. Hoy, existen sitios especializados en el tema y leer el “rubro 69” ya no resulta tan divertido como antes.
Enciclopedias y diccionarios
Eran un objeto de culto. Las enciclopedias, actualizadas cada determinada cantidad de años, pasaban de generación en generación y resolvían todas las dudas e incertidumbres de los miembros del hogar. El primer cortocircuito se produjo cuando Microsoft decidió lanzar la Encarta, una serie de discos que prometían archivaban todo lo que una colección de enciclopedias podía ofrecer. Hoy, el nacimiento de Wikipedia –primera enciclopedia digital de participación masiva- y la penetración de Internet hizo que las viejas enciclopedias vuelvan a la biblioteca pero, esta vez, como meros objetos decorativos.
Agencias de viajes
Antes, planificar un viaje importante requería arreglar todo con una agencia de viajes. Desde allí, el agente se encargaba de buscar lo que decía eran los mejores precios, coordinar los vuelos y, claro, recomendar las mejores excursiones. El turismo online, la posibilidad de buscar con simples algoritmos los precios más convenientes y la información oficial y de viajeros permite que la planificación del viaje sea más barata y más acorde al gusto del viajero.
Discos, reproductores y cassettes
Pese a que su aparición destronó al vinilo –hoy en alza luego de convertirse en un objeto de culto-, pocos pensaron que la vida útil del disco sería tan corta. Años más tarde, el nacimiento de la música digitalizada bajo el formato mp3 y el lanzamiento de dispositivos especializados dejaron en jaque tanto al cd como a los reproductores apodados “discman” y al mismísimo cassette.
Jueves, 3 de febrero de 2011
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