Dr. Alberto Juan Silva Velazco Los adictos no son despojos El fenómeno de la droga y la fármaco dependencia se ha convertido, en nuestros días, en uno de los depositarios predilectos de la angustia social.
Se comprende entonces de esta manera la red de prejuicios elaborada alrededor del tema, así como la necesidad de que toda acción realmente preventiva se encamine a esclarecer la verdadera etiología, sus mecanismos de producción y lo que es más importante, a generar un cambio actitudinal que supere los mecanismos de exclusión.
La falta de proyectos sociales de largo alcance, la posibilidad de incluirse constructivamente en la gestión del futuro, la inclusión en las estructuras que la sociedad dispone para la realización de los individuos son algunos de los temas acuciantes de este presente en el que los jóvenes y los adolescentes se ven sometidos a las crisis que genera la pobreza o un mercado laboral sin muchas perspectivas y la exclusión que para muchos se asoma luego de las promesas incumplidas de la escuela. El resultado es una situación poco favorable a la realización de estas jóvenes generaciones como ciudadanos.
Las drogas son tan tremendas como tantas otras cosas que padece la humanidad. Como la pobreza, como el hambre, como la explosión de la natalidad en lugares donde no se pueden sostener los primeros cinco años de vida de nadie, como la sinrazón de la tercera edad, como la falta de propuestas para los jóvenes, como la dejadez absoluta en la cual hemos incurrido, aprobado y acompañado los procesos que nos han dejado vacíos de contenido. El hecho de poder ser partícipes reales, no espectadores, de poder ser personas con posibilidades, no con promesas resulta verdaderamente un TEMA DE CONCIENCIA, DE VOLUNTAD Y ACCIÓN, EN DEFINITIVA DE AMOR POR EL VULNERADO ¡!!! La consideración acerca del consumidor de drogas como delincuente, así como de peligroso social, hacen que a la hora de la elección, la indicación judicial, la más de las veces, es el Aislamiento en Comunidades Terapéuticas y por períodos prolongados de tiempo, en especial en el caso de los niños, privándolos así del derecho a la Convivencia Familiar y Comunitaria, el Derecho a la escolaridad, entre otros. Cuanto más podamos pensar y asimilar que la adicción a distintas sustancias, es un proceso acorde a una coyuntura sociocultural mayor y expresión de su malestar,más tendríamos que considerar que, el hecho de estigmatizar, aislar o expulsar del contexto a quienes la padecen es una aberración, en tanto se ha extendido como expresión de un malestar abarcativo y salvo en los casos extremos que así lo ameriten, la internación debe ser sólo un recurso externo y limitado, PERO ALGO HAY QUE HACER, LA PEOR GESTIÓN ES AQUELLA QUE JAMAS SE CONCRETA ¡!! Dr. Alberto Juan Silva Velazco DNI N° 11.470.235 Defensor Oficial Nº 5 – Defensoría de Pobres y Menores – Paraná-Entre Ríos - Año 2008 Domingo, 2 de agosto de 2015
|