Bienestar Once metas positivas para 2011 Los especialistas aseguran que el principal problema es plantearse metas difíciles de cumplir. La conducta con la comida, el ejercicio y la relación con los familiares, las claves.
Cuando se trata de proponerse llevar una vida sana, la distancia entre los logros y la frustración suele ser el exceso de ambición en los objetivos; dicho de otro modo, haberse trazado metas casi imposibles de cumplir.
Con la intención de ahorrar fracasos, el diario The Boston Globe (de Boston, Massachusetts, en los Estados Unidos), consultó a especialistas en Nutrición, Obesidad, Deportología, Cardiología, Pediatría y Psicología. Así surgieron estas once recomendaciones realistas. Las dietas fracasan cuando las personas ponen demasiado empeño en formas de comer que no pueden mantener, como suprimir un grupo entero de alimentos, opina el doctor David Ludwig, a cargo del Programa Peso Óptimo para Vivir, del Hospital de Niños de Boston. Por eso plantea comer alimentos reales, no sintéticos ni comida chatarra.
Pequeños cambios pueden durar más que las dietas temporarias, como poner leche al café en vez de crema, o comer dos galletitas dulces en vez de tres, invita Alice Lichtentstein, profesora de Nutrición de la Universidad de Tufts.
El estrés no siempre es evitable, pero sí puede controlarse la forma como reaccionamos cuando aparece. El doctor Jason Block, investigador especializado en Obesidad de la Facultad de Medicina de Harvard, sugiere no “calmarlo” con grasas y azúcares como chocolate, sino conversar con amigos o hacer ejercicio.
Mejorar, tratar de acercarse al objetivo aunque no se llegue a cumplirlo, es la propuesta del cardiólogo Gary Balady, del Centro Médico Boston. Si fuma, fumar menos. Si tiene sobrepeso, ingerir menos calorías. Perseverancia y moderación, subraya Balady. Hacer ejercicio, andar en bicicleta, caminar –y hacerlo más rápido– y moverse también aconsejan los médicos. ”Pido a mis pacientes que contraigan los abdominales cuando se sientan. (Que) usen los músculos que más se mueven”, indica el deportólogo J. Alex McKinney.
Centrarse en la familia predispone bien. ”Identifique todos los días por lo menos un punto fuerte de su propia persona y otro de cada uno de sus hijos, pareja u otro familiar”, señala, por su parte, la psicóloga Joanne Nicholson, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Esto implica escuchar al otro, observarlo y perdonar. En consonancia, Michael Rich, pediatra del Hospital de Niños de Boston, exhorta a compartir al menos una comida diaria en familia, y sin televisión.
“Tómese el tiempo para dejar que su mente divague, porque así es como aparece la creatividad, y como desarrollamos nuestra sensación de individuos”, alienta Rich. Y en esa línea anima a no hacer cosas por obligación ni en forma automática, a elegir de forma activa. “No estaremos en este planeta tanto tiempo –recuerda–. Disfrutemos, vivamos al máximo”. Pequeños consejos, grandes cambios
1. No hacer dietas demasiado estrictas. Las dietas fracasan cuando la gente pone demasiada energía en formas de comer insostenibles, como por ejemplo suprimir un grupo grande de alimentos. La mejor decisión es comer “alimentos reales”. Mantenerse alejado de los envasados y de la comida chatarra.
2. Reconocer el impacto que tiene el estrés en la vida cotidiana. Para paliarlo, es bueno conversar o hacer ejercicio.
3. Fijarse un objetivo y tratar de acercarse a éste. De a uno por vez: por ejemplo, dejar de fumar o bajar de peso.
4. Aumentar el ritmo de las caminatas. Ayuda a controlar el peso. También hacen bien los paseos en bicicleta.
5. Sostener una buena postura al trabajar frente a la PC. Y levantarse cada 30 minutos para estirar los músculos.
6. Identificar puntos fuertes de los familiares, escucharlos y tratar de perdonar en caso de que sea necesario.
7. Ser participante activo en la propia salud. Y si se cura de alguna enfermedad grave, transmitir la experiencia a otros.
8. Hacer pequeñas modificaciones en la dieta, como cambiar crema por leche en el café, comer dos galletitas en lugar de tres, etcétera.
9. Comer en familia al menos una vez al día y con la TV apagada, para alimentarse mejor y prestar atención al otro.
10. Tomarse el tiempo para que la mente vuele y que así aparezca la creatividad. El reposo del cerebro es clave.
11. No hacer cosas por obligación como un autómata. Es decir, hacer la pausa y elegir. Por ejemplo, leer un libro. Miércoles, 12 de enero de 2011
|