Un poco de historia Fiesta de la Virgen de Itatí La fiesta de la Virgen de Itatí es uno de los festejos que más devoción despierta cada año en la familia orionita, debido a que la atención pastoral del santuario correntino fue encargado hace más de 70 años al mismo San Luis Orione.
Según la tradición, la imagen fue encontrada en el río Paraná por un grupo de pobladores guaraníes, quienes vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante.
Fray Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la Reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes, que luego se comenzaron a denominar Itatí ("Punta de piedra", en esa lengua originaria). Desde entonces, miles de peregrinos visitan cada 16 de julio a María en su enorme basílica, a pocos metros del río Paraná.
El culto a la Virgen de Itatí fue introducido en 1615 por el sacerdote franciscano Fray Luis Bolaños.
La imagen de la Virgen de Itatí está tallada en madera de timbó (el cuerpo) y en nogal (el rostro).
Mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná.
Monumento Histórico
La Basílica de Itatí es uno de los santuarios más importantes de América. En contraste con su entorno, un sereno pueblo ribereño sin edificios, la construcción es verdaderamente descomunal. Tiene 80 metros de largo y 70 de ancho. Y una cúpula central con un diámetro de 28 metros. En la cúspide, hay una imagen de la Virgen de 7 metros y medio. La altura total es de 83 metros, casi 20 más que el Obelisco de Buenos Aires.
La historia de la Virgen de Itatí está rodeada de muchas leyendas y suposiciones. Se supone que fue el evangelizado franciscano Fray Luis Bolaños quien la trajo desde alguna de las reducciones indígenas que había creado en una amplia región. Viejas pinturas la muestran con facciones más redondeadas (a semejanza de las mujeres guaraníes), pero algunos retoques posteriores le otorgaron un rostro más ovalado. Está hecha de madera de la zona, timbó y nogal. El propio Bolaños fundo Itatí en los últimos años del siglo XVIII, o quizás en los primeros del siglo siguiente. No hay precisión con las fechas. Le decían Yaguarí y primero estuvo emplazada a unos 10 kilómetros de la ubicación actual, pero unos años después se trasladó.
¿Por qué el momento cúlmine de la fiesta de la Virgen se produce el 16 de julio? Ese día, en 1900, se realizó la ceremonia de coronación, en la Iglesia de la Santísima Cruz de los Milagros, en Corrientes. El año anterior, el Papa León XII había facultado al Obispo de Paraná para llevar a cabo el acto. El Papa bendijo la corona de oro y piedras preciosas, hecha en París. La Virgen -Patrona de la provincia de Corrientes desde 1918- estuvo en varios templos y capillas. Pero como la cantidad de devotos crecía, la Iglesia encaró la construcción de un gran santuario. En 1938 se bendijo la piedra fundamental. El edificio, una mole de cemento armado, se inauguró el 16 de julio de 1950, en el cincuentenario de la coronación. Ese día llevaron la imagen allí, durante una enorme celebración. El santuario tiene una capacidad para 10.000 personas. Los vitrales y la enorme cúpula son muy bellos. En 1999 fue declarado Monumento Histórico Nacional. HIMNO A LA VIRGEN DE ITATÍ Estribillo Los himnos más dulces, que el pecho atesora, queremos, ¡Señora! cantarlos a Ti, que tierna escogiste con ojos clementes, por reino Corrientes, por trono Itatí.
I En vírgenes selvas que adornan la orilla, do manso se humilla el gran Paraná, en santo misterio alzaste la tienda, que al pobre le expenda de gracia el maná.
II De pueblo fastuoso odiaste el murmullo, por dar al orgullo un claro mentís: Fue el indio su cuna; la cruz su bandera la cruz que blandiera un hijo de Asís.
III Mas, pobre, pequeño tu pueblo, María, fue mar de alegría cual nuevo Belén; que allí de piedades abriste la fuente, que allí complaciente fulgura tu sien.
IV Enfermos, mendigos, el alma afligida, que pasan la vida en hondo quejar; el grande, el guerrero, el niño, el anciano no ruegan en vano al pie de tu altar.
V Tus gracias gozaron muy grandes naciones: lo sabe Misiones, el bello Uruguay; Brasil su voz une al pueblo del Plata; tus glorias relata también el Paraguay.
VI Por eso a tu frente ceñimos corona de Reina y Patrona con grato fervor; pidiéndote, en cambio, nos des en cielo divino consuelo, corona de amor. Letra: Padre Esteban Bajac (1873-1947) Música: Mons. Santiago Costamagna "Historia de Nuestra Señora de Itatí" Miércoles, 16 de julio de 2014
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