Lo ultimo Entretenimientos: ¿Sos un adicto a las redes sociales? La difusión de facebook y twitter llevó a que muchos adolescentes abandonaran el chat o los videojuegos en pos de este tipo de entretenimientos. Cómo reconocer a una persona con esta patología.
Hay personalidades más proclives a “engancharse en las redes virtuales”; grandes legiones de adolescentes y no tan jóvenes viven hoy situaciones de este tipo. Antes que nada, este artículo no pretende demonizar la utilización de las redes sociales, pues considero que son herramientas muy útiles para comunicarse, informarse, hacer trabajos, compras, etcétera. Pero, cuando del uso se pasa al abuso, comienzan las complicaciones, que pueden llevar a grandes problemas
He aquí algunas reflexiones:
“Discúlpeme la llegada tarde, no me di cuenta y me quedé con mis amigos en el facebook; no pude hablar con todos, ¡porque sólo disponía de 4 horas!” Así se presenta a sesión un paciente adolescente, y cuando pregunto si le parece poco 4 horas, responde enfáticamente: “Sí, por supuesto, lo ideal serían 8 horas”. Así dice sonriendo, y agrega que no siempre puede: “Tengo que estudiar o tengo que dormir”, aclara.
Los más vulnerables
Hay personalidades más proclives a “engancharse en las redes virtuales”. Algunos perfiles “de riesgo” son:
* Los que no tienen una buena socialización, y no saben cómo acercarse a una chica o seducir a un muchacho;
* Los que tienen una pronunciada timidez;
* Los que sufren episodios o estados depresivos;
* Los que rechazan su identidad y su historia y quieren inventarse otra;
* Los que tienen baja autoestima;
* Los que atraviesan una desilusión amorosa y se sienten solos;
* Los que buscan emociones fuertes;
* Los que presentan elevado grado de ansiedad para las relaciones sociales cara a cara, sintiéndose más seguros con el anonimato que produce internet.
Dificultades en darse cuenta: causas
El adicto virtual no consume una sustancia que esté prohibida o que la ley penalice, tampoco piensa con dejar o menguar de frecuentar de las redes virtuales, y allí comienzan los primeros problemas pues la abstinencia se convierte en un obstáculo, por la enorme angustia que le genera la falta de conexión a la red.
Tomemos como ejemplo cómo se disfruta un deseado plato de pastas, que tras consumir pedimos repetir:
* Primero, sentimos gran satisfacción, panza llena, placer oral y bienestar.
* Segundo, la satisfacción va cediendo y al pensar lo que hizo y lo que dejó de hacer, ya no le provoca tanto placer lo realizado.
* Tercero, surge un sentimiento de angustia y la persona se pregunta qué sentido positivo tuvo lo que hizo y no encuentra respuesta.
Cómo reconocer a un adicto: los síntomas Podés saber si sufrís esta patología respondiendo las siguientes preguntas:
* ¿Facebook, twitter u otras redes son tu página de inicio?
* ¿Comentás permanentemente con los amigos de red tus estados de ánimo cambiantes?
* ¿Cuántos amigos tenés, 400? ¿300? ¿A cuántos conocés?
* ¿Buscás actualizar tu estado a través de telefonía celular, blackberry, iPhone u otros?
* ¿Leés permanentemente los perfiles de amigos?
* ¿Cambias con frecuencia tu foto en el perfil? ¿Cuántas por año?
* ¿Hacés algo, como leer un artículo, hablar por teléfono, mientras revisas facebook u otras?
* ¿Te haces miembro de 10 o más grupos?
* ¿Limpiás con frecuencia el muro para dar la sensación que hace tiempo no entrás?
* ¿Sufrís alteraciones constantes del humor? ¿Privación de horas de sueño por la imposibilidad de cortar la conexión? ¿Problemas físicos como dolor de espalda, vista muy cansada, dolor de cabeza? ¿Descuido de otras actividades?
Podemos hablar en estos casos de automedicación digital: la persona pretende escapar de sus problemas y en lo posible distraerse y no enfrentarse. Entonces, apela a la bienhechora presencia virtual de internet. Proceso de recuperación: ¿cómo desengancharse? Existen al menos dos modos de mejorar esta situación:
* Uno es de manera inmediata, súbita, cuando las necesidades de conexión en la vida real, cara a cara, han dado buenos resultados.
* Otro es apelar a una consulta profesional, que le permita identificar las razones de este exceso, darse cuenta de las consecuencias negativas, efectuar un control objetivo del tiempo invertido en la adicción virtual y el reforzamiento de actividades no ligadas a internet y, por último, invertir la dependencia, o sea que el facebook sea un elemento al servicio de la persona y no la persona un instrumento de la tecnología.
(Asociación Psicoanalítica Internacional)
Jueves, 23 de diciembre de 2010
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