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La Conferencia Episcopal se refirió al narcotráfico La Iglesia advierte: “Argentina corre el riesgo de una situación de difícil retorno” La Conferencia Episcopal Argentina se dirigió a la dirigencia política y social y dijo que “costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias" Y pidió que se nombre a un titular en el Sedronar, que sigue vacante.
La Conferencia Episcopal Argentina se dirigió ayer a la dirigencia política y social mediante un duro documento sobre el problema del narcotráfico.
Y dijo que “costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias". Y pidió que se nombre al titular del Sedronar, que sigue vacante desde la salida de Rafael Bielsa.
En un documento titulado "El drama del narcotráfico y la droga", la Conferencia Episcopal lamentó que el Poder Ejecutivo lleve meses sin nombrar al reemplazante de Bielsa en el Sedronar y advirtió sobre las fallas de toda la dirigencia. "La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio", manifestó la iglesia.
Y puntualizó: "La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país. Son muchos los que nos acercan su angustia ante este flagelo. Nos conmueve acompañar a las madres y los padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adictos, a quienes ven cada vez más cerca de la muerte. Nos quedamos sin palabras ante el dolor de quienes lloran la pérdida de un hijo por sobredosis o hechos de violencia vinculados al narcotráfico".
"Sabemos que este problema es un emergente de la crisis existencial del sentido de la vida en que está sumergida nuestra sociedad. Se refleja en el deterioro de los vínculos sociales y en la ausencia de valores trascendentes", definieron los obispos reunidos hoy en Pilar.
Sobre la problemática del narcotráfico, advirtió que "cuando este mal se instala en los barrios destruye las familias, siembra miedo y desconfianza entre los vecinos, aleja a los chicos y a los jóvenes de la escuela y el trabajo. Tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del "negocio". Hay gente que vende droga para subsistir, sin advertir el grave daño que se realiza al tejido social y a los pobres en particular".
Y añadió, con dureza, que "escuchamos decir con frecuencia es que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos. Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y "mira para otro lado".
Por eso, puntualizó:
"La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que "nada se puede hacer".
"La complejidad de este tema es tal que solo será abordado eficazmente por medio de amplios consensos sociales que deriven en políticas públicas de corto, mediano y largo alcance. Pero perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado. Recogemos también la preocupación por la desprotección de nuestras fronteras, y por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables". (Agencias de Noticias)Sábado, 9 de noviembre de 2013
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