Licenciada Silvia Noemí Córdoba Frente al diagnóstico de abuso sexual: recabar el máximo de datos posible “Yo no hablaría sin saber, pues cada caso de abuso sexual es único, presenta una enorme variedad de características a la investigación y responsabilidad de “los investigadores” no de la gente que habla vanamente y opina sin saber”. Manifestó la Licenciada Silvia Noemí Córdoba, en relación al repudio que la Coordinadora por los Derechos y la Justicia hizo a las declaraciones del Concejal Pablo Córdoba.
“Frente al diagnóstico de abuso sexual, para los que no saben, una vez tomados los primeros recaudos que proporcionen seguridad al niño se impone la necesidad de tomarse todo el tiempo requerido para recabar el máximo de datos posible, como ser el estudio de la estructura de personalidad del padre, de la madre, de los parientes y amistades cercanas y del medio social al que pertenecen. Ahora bien… qué pasa cuando esa familia se caracteriza por la promiscuidad, prostitución tanto de los niños como los adultos, negligencia de los niños, manipulación, violencia, falta de educación, malas condiciones de vida, etc., etc., etc. ¿Dónde queda la integridad física y psíquica de esa menor?... dónde, si vive al cuidado de personalidades psicopáticas, bajo el ejercicio de la una coerción macabra, castigos y perversiones impuestas”.
“Como se comprenderá, estamos frente a una situación muy especial. Es como decir que vemos con certeza que algo es de un determinado color, pero debemos demostrarlo, pues dicha afirmación puede traer serias consecuencias; esto es, teniendo en cuenta antes que nada a la menor, su participación emocional y mental para toda su vida, sobre todo al incrementarse los elementos postraumáticos; y por supuesto, los daños y perjuicios ocasionados a una familia víctima de un complot macabro que sobrepasa los límites de lo humano” agregó.
“Entonces señores quería dejar en claro para los que no saben, que desde el punto de vista psicológico la comprobación de “falsa denuncia” es una verdadera autodenuncia de maltrato en cuanto a la victimización realizada sobre la criatura que ha sido “objeto” del conflicto entre adultos, denuncia a su vez que en ese hogar la niña es objeto de presenciar violencia, de recibir modelos vinculares que van generando en ella la noción de vivirse como objeto-cosa y no de sujeto discriminado en su subjetividad —afectos y pensamientos—, dado que la niña obtiene esta noción en el interjuego de sus impulsos primarios y las consignas emocionales y verbales adquiridas en su crianza”.
MUCHAS GRACIAS. LIC. SILVIA NOEMÍ CÓRDOBA. Miércoles, 22 de diciembre de 2010
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