Cecilia Dopazo “Graduados”. “Nunca terminé de irme de la tele” El primer impacto de la fama lo sufrió a las 48 horas de irrumpir en Clave de sol, en los ‘80. Cecilia Dopazo vivía en Martínez, vendía tiempos compartidos, tomaba el tren hasta Retiro y el subte a Constitución, y apenas entró a la TV cambió el epicentro de su mirada: “Yo, la chica observadora que miraba a los pasajeros, empecé a mirar al piso, inhibida por la mirada de los demás. Mi vida no cambió tan para bien”, analiza dos décadas después. Aquel cimbronazo hizo eco más tarde y, por algunos años, el torbellino de Tango feroz tomó distancia de la pantalla. Ahora que se decidió a volver (en Graduados, por Telefe) ya no mira para abajo, sino que disfruta de una mirada en profundidad: “La fama puede convertirse en un lugar de mucha soledad”. “Tango feroz”, “Caballos salvajes”... Hubo un tiempo de explosión de tu carrera y después preferiste el silencio. ¿Cómo fue ese proceso?
La naturaleza de uno es bastante sabia. Uno tiene que estar atento y escuchar lo que necesita. Yo necesitaba parar, fui madre y quería prestar atención a mis hijos. Buscaba distancia para retomar desde un lugar más fresco. Pero encontré otros canales de expresión: la escultura con objetos encontrados y hasta un curso de escritura dramatúrgica con Mauricio Kartún.
Y mientras, ¿pensabas en la posibilidad del olvido de todos esos que antes te miraban?
No. Jamás imaginé que la TV fuera poderosa al punto de que nunca dejaran de hablarme por la calle. En Volver había presencia mía todo el tiempo. Nunca terminé de irme de la tele. Fui conductora de Canal (á), y en 2010, después de un viaje, me motivé, llamé a mi representante y le dije Hola, ahora sí quiero volver. Y en días ya estaba de nuevo en el sistema.
Ella, que tanto empeño pone en revisar su pasado, entrará a la historia de Underground para hablar, justamente, del pasado. Encarnará a Inés, una ex amante de Andy (Daniel Hendler), madre de Sofía (Jenny Williams) y potencial enemiga de Loli (Nancy Dupláa).
Protagonista hasta hace unas semanas de Ocho mujeres (la obra dirigida por José María Muscari), Graduados la devolverá al trabajo televisivo con continuidad. Sus últimas participaciones especiales habían sido en Todos contra Juan y Lo que el tiempo nos dejó.
Pero la televisión, jura, no era un medio al que extrañaba: “Hoy las cosas tienen otro valor para mí. Antes de tener una familia, mi trabajo era todo. Ahora es una parte, importante, pero una parte. La exposición, en mi caso, fue muy alta desde chica y, como síntesis, entendí que la fama por la fama sola es difícil de bancar. En este momento sólo me interesa que sea la consecuencia de un contenido que valga la pena”.
A 23 años de aquel día en que abrió la guía telefónica para buscar el teléfono del viejo Canal 13, la esposa del director Juan Taratuto dice que siente ternura cuando alguien le acerca el álbum de figuritas de Clave de sol. “Ese programa fue una escuela. Recuerdo muy bien el día en que llamé para averiguar del casting y me citaron un sábado a la mañana. Pensé que tenía cita y cuando llegué había una fila de 1.500 personas”, se ríe. “Yo venía de estudiar con Norman Briski y del Conservatorio Nacional, y de esa experiencia aprendí a hacer ficción en televisión. Pero fue una época en que me dejé presionar por mi representante de turno y tuve una alta exposición en cosas que no valieron la pena y que no sería ético decir cuáles fueron”, suelta.
¿En algún momento de esa“cresta de la ola” perdiste el eje?
No. El cambio sucede en los demás, no en uno. Te miran distinto. Si antes eras chicata y no veías bien de lejos, después de la fama creen que no saludás porque estás agrandada. Muchos de los que se dedican a la actuación hacen un esfuerzo triple por agradar y hacer entender que no se la creyeron. Casi como pidiendo disculpas a los demás, y eso desgasta el doble. Yo naturalizo el hecho de ser conocida. No hice abuso de ese poder, ni antes ni ahora. Todo está en constante movimiento. Y yo probé y me moví.
Ines, ¿tercera en discordia? “Mi Inés es un personaje que entra a armar lío. No sólo por los celos que ocasiona en la relación de la pareja central (Hendler y Dupláa), sino porque conoce el secreto de la paternidad de Andy (Hendler) y con esa información se vuelve poderosa”, explica Dopazo, a pocos días de empezar las grabaciones para la tira de Telefe (de lunes a jueves a las 21.15). “La gran diferencia con las demás mujeres es que Inés no es una ex alumna del colegio, sino una mujer que conoce a Andy en su vida adulta. Pero ella es atropellada, inmadura. Terminará empleada en el negocio de Dana y Elías (Mirta Busnelli y Roberto Carnaghi) y también provocará celos en esa pareja”.Domingo, 1 de abril de 2012
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